Marco Antonio es un joven de 17 años que acude con su madre a la consulta y en realidad no lo reconocí hasta que revisé la historia y leí que había venido hacía siete años atrás cuando falleció el abuelo materno de cáncer pulmonar, en ese entonces Marco Antonio era un niño delgadillo y tímido que no cesaba de llorar por la pérdida del abuelo a quien tanto quería. En ese momento tuvo un diagnóstico de Duelo, Trastorno de Adaptación, y se le dio acompañamiento terapéutico y terapia de familia. Después de cuatro meses, volvió a ser el Marco Antonio de antes de que falleciera su abuelo, volvió a ser el niño inquieto, distraído e impulsivo de antes. Asistió durante un año más y luego dejó de venir, hasta que en esta semana vuelve a regresar convertido en un hombre, con voz gruesa, contextura robusta, alto y con un bozo espeso. Pregunto el motivo de consulta y la madre se echa a llorar.
Vengo para que me lo cure doctorcito, me dice, mi niño está confundido, dice que tiene opción sexual diferente y por más que entre sus hermanos le hemos hablado, su papá le ha hablado, no entiende razones, dice que le gustan los hombres. Marco Antonio mira hacia el suelo, se mantiene callado por un largo rato y se pone a llorar, pero no dice nada.
Entonces le digo a la madre que me espere fuera del consultorio, que quiero hablar a solas con Marco Antonio, y antes de irse la madre se limpia ruidosamente la nariz y con tono lastimero me dice: cúremelo doctorcito…
Hasta antes del año 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría, consideraba la homosexualidad como una enfermedad y a partir de ese año fue eliminada del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Lo mismo haría la Organización Mundial de la Salud en el año 1990. Aunque algunos grupos humanos aceptan la homosexualidad, otras sociedades son tan intolerantes que pueden penalizarla con la muerte. Yo recuerdo a un profesor de psiquiatría que decía que para él la homosexualidad seguía siendo una enfermedad, que el hecho de que un grupo de médicos psiquiatras norteamericanos homosexuales, se hayan reunido para eliminar la homosexualidad como enfermedad, no lo iban a convencer en ninguno de sus sentidos. Lo paradójico fue que su modo de pensar cambió radicalmente cuando su hijo mayor se declaró abiertamente homosexual.
Marco Antonio, permaneció callado durante un momento más, hasta que al fin dijo: me da mucha vergüenza doctor. Yo no pensaba que todo esto se iba a saber. Yo no me siento amanerado, aunque desde niño he sentido atracción por los chicos de mi mismo sexo, me gusta mirarlos, estar mayor tiempo con ellos, me gusta jugar fútbol, soy muy bueno jugando al fútbol, mis amigos no se dan cuenta que a veces los miro cuando vamos a las duchas, pero luego se me pasa. Yo pensaba que se me iba a pasar, porque me gustan las chicas, hasta que una vez vi a un chico de mi misma edad manejando bicicleta sin zapatos, y no sé por qué se me quedó la imagen de sus pies desnudos y me sentí bien. Luego salía a verlo todos los días hasta que nos hicimos amigos. Empezábamos a jugar fútbol juntos y como todo muchacho también jugábamos a las manos y un día nos pusimos a pelear como si fuera lucha libre, pero de un momento a otro la lucha se convirtió como en deseo sexual y muy avergonzado terminé la pelea porque me di cuenta que había manchado, y al verlo a él también le había sucedido lo mismo. Dejé de frecuentarlo por vergüenza, durante un buen tiempo no podía soportar la idea de ser homosexual, me atormentaba la idea de verme travestido o de salir hablando todo afeminado. Tenía pesadillas. En el colegio nunca nadie se dio cuenta ni me fastidió, más bien pensaban que era mujeriego porque tenía fama con las chicas.
Una vez entré a unas páginas gay de Facebook y me hice amigo de un chico que me invitó a una fiesta. Le mentí a mi mamá que me iba a hacer una tarea donde unos amigos, luego, durante la fiesta, no me sentía bien, algunos se acercaban y me hacían proposiciones que no me gustaban. El chico que me invitó me decía a cada rato para bailar, pero me quedé cerca del equipo de música y a las 3 de la mañana, me retiré.
Al terminar la secundaria, el año pasado conocí a un chico parecido a mí, nos enamoramos, tuvimos relaciones y hasta ahora nos queremos. Lamentablemente, en la última reunión que tuvimos en la casa, me olvidé el teléfono celular y mi hermano mayor revisó mi Facebook y leyó todos mis mensajes y le ha contado a mi mamá, a mi papá, y a mis otros hermanos.
Al hacer pasar a la mamá le digo que he invitado a Marco Antonio para que participe en las Terapias de grupos con jóvenes de su edad, le digo que lo de Marco Antonio no es una opción sexual, sino que es una orientación sexual diferente, pero no me entiende. Pienso que la madre y la familia de Marco Antonio deben prepararse para entender y seguir amando a Marco Antonio tal y como es, una persona diferente, como todos nosotros.
HOMOSEXUALIDAD MASCULINA - Por el Dr. David Arce Martino
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