Por el Dr. David Arce
Hace poco compartimos el Testimonio de una madre cuyo hijo de 13 años, había disminuido su rendimiento escolar y que su conducta había cambiado, resultando oposicionista, desafiante, y que ya no quería obedecerla. Además se había aislado socialmente de sus amigos y familiares.
Ante el diagnóstico de Depresión en Niños y Adolescentes, ¿Qué podemos hacer? Ya tenemos el diagnóstico, pero…
¿Qué podemos hacer como personas, como familiares directamente involucrados, como vecinos, como maestros, como autoridades, como pueblo?
En primer lugar plantearnos la pregunta como padres si es que algo está sucediendo dentro de nuestra familia. ¿Estamos dándoles un ambiente saludable a nuestros hijos? ¿Los estamos gratificando y felicitando cuando obtienen logros o estamos exigiéndoles más sin reconocer lo que hacen? ¿Por lo menos escuchamos a nuestros hijos? Muchas veces nos fijamos en todo lo malo que hacen y pareciera que les pusiéramos una lupa, una lente de aumento a todos sus defectos. Y cuando les decimos que nos enumeren tres virtudes de sus hijos, se quedan pensando largo rato y solo nos logran decir una o máximo dos virtudes, pero cuando les preguntamos por los defectos, empiezan a enumerarlos y no hay cuándo terminen. Muchos niños y adolescentes que sufren depresión provienen de hogares desintegrados o en los que solamente está presente la madre y el padre bien gracias.
Como vecinos y como maestros también podemos darnos cuenta cuándo un niño o adolescente está sufriendo de depresión y nuestro deber es comunicarles a los padres nuestras observaciones, porque algunas veces los padres, de tenerlos, tan cerca no logran ver que los menores están deprimidos. Por ejemplo no veíamos que un 63 por ciento de la población escolar de tercero a cuarto año de secundaria mostraba signos de depresión y que de ellos un 10% mostraba pensamientos suicidas, de no querer vivir, como lo demostró un estudio del Psicólogo Miguel Silva en un Trabajo de Investigación en escolares de Chulucanas.
Como autoridades y como pueblo podemos hacer muchas cosas, fomentar la cultura saludable, ofreciendo espacios donde los jóvenes puedan interactuar de una manera saludable, fomentando el deporte, las actividades lúdicas como son los juegos, el fomento de actividades culturales, concursos de pintura, canto, baile, narrativa, poesía. Dejar abiertas las canchas deportivas o alquilarlas a precios simbólicos y dejar de encerrar estos espacios que en nuestras épocas, teníamos que meternos subrepticiamente para poder jugar pelota en el Coliseo o en la cancha del Colegio Juan Palacios. He leído en las Redes Sociales que existe interés de un joven de 14 años llamado Gabriel Palacios que junto con muchos otros tienen la ilusión de realizar un Skate Park en Chulucanas y además de ello podría integrarse un complejo multideportivo donde podrían practicar todos los deportes, incluyendo un ciclódromo para los ciclistas Chulucanenses que nos están dando tantas gratificaciones por los logros obtenidos, así como yambién los chicos y chicas del básquet.
La actitud de las autoridades debe ser en los cuatro niveles de Salud, como son la Promoción y prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la Rehabilitación. Y para eso también necesitamos acciones para priorizar la salud Mental, que gracias al Psicólogo Miguel Silva y a la Hermana Margarita, y un grupo de personas involucradas con la Salud Mental, se conformó el Colectivo por la Salud Mental de Chulucanas, un ejemplo que es digno a seguir en varias localidades de nuestro Perú. El año pasado realizaron varias charlas en el teatro Municipal, acercando la problemática de la Salud Mental a la población en general. Actualmente, después del viaje a Colombia de la Hermana Margarita, la Diócesis de Chulucanas no ha bajado la guardia, y ahora está la Hermana Roxana encargada de que la labor realizada prosiga.
En Chulucanas contamos con varios Psicólogos donde las personas pueden recurrir en caso de ayuda. Ahora existe una Norma que permite que cada Institución Educativa cuente con un Psicólogo en sus planteles, ojalá que no demore mucho su ejecución para que se haga efectiva. También no está de más recordar a nuestros paisanos que ante la falta de psicólogos o de médicos psiquiatras, siempre, en cualquier lugar donde nos encontremos tendremos cerca una capilla, una iglesia, donde algún hermano sacerdote nos podrá escuchar nuestras penas sin juzgarnos y así poder brindar alivio a nuestro sufrimiento
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