Por el Dr. David Arce
Mañana 14 de febrero celebraremos el Día del Amor, de la Amistad y de San Valentín. Por su carácter actualmente comercial, parecería que es una fiesta reciente, pero su historia se remonta a la época del Imperio romano, en donde un sacerdote, Valentín, en contra del Emperador de turno, que no quería que los jóvenes se casaran para que rindieran más en las guerras, porque así no tendrían ataduras de la familia, este sacerdote se dedicaba a casar en secreto a los jóvenes enamorados. Al enterarse el Emperador, lo mandó a apresar y murió martirizado un 14 de febrero de 270. Cuenta la leyenda que una joven sembró un almendro de flores rosadas junto a la tumba, el cual floreció esplendorosamente y fue considerado como símbolo de amor y de amistad.
Muchas veces hemos repetido que el amor es una de las emociones básicas sin la cual el ser humano moriría. Los seres humanos necesitamos y sentimos el amor inicial de nuestra madre y de nuestro padre, que nos protegen toda la niñez desvalida que llevamos como seres humanos. En la realidad que nos rodea, podemos ver nacer a un pollino y, a las pocas horas se está incorporando, se acerca a su madre, la burra y empieza a lactar. A los pocos días se vuelve un ser independiente y podrá comer hierba. En cambio el ser humano requiere mayor tiempo de cuidado y de adaptación al medio, lo cual lleva años.
Y es que el amor, tiene muchas manifestaciones: desde al amor a Dios, el amor materno, el paterno, el filial, el fraternal, amor a los hijos, el amor hacia uno mismo con el cual es conveniente diferenciarlo del egoísmo, el amor erótico y la amistad.
La amistad, como el amor en general requiere de ciertos requisitos. Especialmente requiere la predisposición de las personas y sobre todo: tiempo. Existe un libro pequeño que me gusta releerlo llamado El principito, de Antonio de Saint Exúpery, donde hay un diálogo entre el pequeño zorro y el Principito donde especifica qué es la Amistad. El zorro le pide que lo domestique, y como el Principito no sabe lo que es domesticar, le pregunta varias veces hasta obtener respuesta, a lo que el zorro dice que domesticar es crear vínculos, y le pide que venga a verlo a una hora determinada, le pide puntualidad para así emocionarse cuando se acerca la hora en que verá al nuevo amigo, poco a poco el Principito va domesticando al zorro, y éste le da la segunda lección: Solo se conocen a las personas cuando uno invierte tiempo en conocerlas, inclusive las cosas que no nos gustan de ellas y la verdadera amistad empieza cuando cada uno empieza a aceptar tanto las virtudes y defectos del otro. Le enseña a tener paciencia, que poco a poco irá creciendo el almendro de flores rosadas de la amistad. Y florecerá tan espléndidamente que si por alguna razón estos amigos tengan que separarse, será dolorosa esta separación.
La amistad es una de las tantas caras del amor. Es necesario para la salud mental del ser humano. La vida agitada del mundo actual muchas veces no propicia las manifestaciones del amor. En las tiendas el ser humano está acostumbrado a comprar cosas materiales, pero no podemos comprar amor, el amor nunca se compra. No existen tiendas donde vendan amor, ni cariño, ni abrazos. Si queremos una amistad, no tendremos mayor remedio que domesticar y cultivar la verdadera amistad. Requiere un tiempo para hacerla y para mantenerla. Siempre es conveniente refrescar nuestras viejas amistades. El amor y sus manifestaciones nos protegen de muchas enfermedades, tanto físicas como del orden mental.
Aunque las fechas son solamente referenciales, es agradable tener un día dedicado al amor, aunque mucho mejor es manifestar nuestro amor todos los días de nuestra vida, con el pensamiento, sentimiento y el complemento de la acción, para así poder potenciar nuestra Salud Mental.
Queridos amigos, que este 14 de febrero tengas el mejor Día de la amistad, del Amor y de San Valentín.
David Arce
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