martes, 29 de enero de 2013

Los deseos de Año Nuevo y el Pensar, Sentir y Actuar.

Por Dr.  David Arce Martino


Han pasado ya 29 días desde que empezamos el año 2013 y desde que realizamos nuestra lista de deseos de lo que queríamos alcanzar para este año. Algunos han deseado obtener un trabajo, empezar a ir al gimnasio, estar más saludables, culminar algún tipo de estudios, terminar un libro, una empresa, o realizar algún viaje.

He sabido de personas que han confeccionado su lista, la han guardado en el cajón del escritorio y allí está. Otros me han dicho que han colocado la lista con letras grandes y la han pegado al techo de su cuarto, para que al despertar recuerden cada día, lo que están deseando. Algunas chicas han conseguido un poster gigante de la persona a quien admiran para poder parecerse a ellas, ya sea físicamente o en su inteligencia creadora.

Ayer conversaba con un amigo y me dijo que le parecía que el tiempo había pasado muy rápido y que de los doce meses que tiene el año, prácticamente ya terminó uno y que de casualidad ha encontrado la lista que había confeccionado para año nuevo y, que de todas las cosas que quería conseguir ni siquiera había empezado ninguna.

Le pedí a mi amigo que me mostrara su lista y me di con la sorpresa que dentro de todos sus deseos había algunos, que yo consideraba imposibles, como por ejemplo aquel que decía: “que mi suegra cambie de carácter”, cuando sabemos que nadie puede cambiar a otros, salvo nosotros que podemos cambiarnos a nosotros mismos, había otro tipo de deseos que él consideraba imposibles y que solamente podía estar en una lista de buenos deseos, como por ejemplo, que su chacra en Chulucanas rindiera diez veces más de lo que produce ahora, pero sin él realizar nada. Y había otros deseos que solamente los había escrito y que hasta la actualidad los seguía postergando. Decía que quería estar más saludable, tener menos peso y controlar su hipertensión arterial y sus niveles elevados de colesterol y triglicéridos. Y es más, este deseo ya lo tenía desde el año pasado y que como había subido diez kilos en vez de bajar los cinco que quería, ahora parecía mucho más que imposible. Esta idea le venía rondando desde fines de noviembre. Y diciembre resultó ser catastrófico, vinieron las reuniones con los amigos, con los compañeros de trabajo, y las fiestas de fin de año. Y cada vez que comía en dichas reuniones, se sentía tan culpable, que recordaba su promesa de bajar de peso y que para la próxima vez ya no comería. Y resultaba que llegaban las siguientes reuniones y volvía con lo mismo, como si fuera un círculo vicioso. Entonces fue que a fin de año, se encontró escribiendo, de nuevo sus deseos de Año Nuevo. Y ahora ya pasaron 29 días y seguía postergando el deseo de bajar de peso.

Él podía ser muy crítico con otras personas y decir, no puede ser que una chica quiera bajar de peso en una semana solamente para entrar en un vestido nuevo que le gusta y que quiere estrenar para la fiesta de fin de semana. Esta chica va a bajar cinco kilos y luego va a subir diez, —decía, sin reparar que prácticamente le estaba ocurriendo lo mismo a él.

Después de explicarle que, de acuerdo a conocimientos ancestrales, el pensamiento es muy poderoso, como si quisiéramos darle la razón a un libro muy antiguo donde dice que una de las primeras reglas que rige el Universo es el mentalismo, y que todo resulta ser mental, le dije que todo lo que pensamos lo podemos realizar, basta con que lo deseemos con todas nuestras ganas. No basta con que sea un simple deseo, sino que todo lo que pensamos y deseemos se convierta en el principal objetivo en nuestras vidas, y que al final lo deseemos tanto que ya no iremos en pos de nuestro objeto de deseo, sino que el objeto de deseo nos atraerá hacía sí.

En el ser humano, todas nuestras acciones están de acuerdo a lo que pensamos, sentimos, y luego actuamos. Si deseamos estar saludables, cuidaremos nuestro cuerpo como si fuera un Templo donde mora un Ser Supremo, y realizaremos todas las cosas cuidando nuestro Templo. Dormiremos a las horas precisas, nos levantaremos temprano, nos asearemos, trabajaremos con gusto, disfrutaremos de lo que hacemos y nos alimentaremos con mucho gusto y de manera saludable. Evitaremos los excesos y demostraremos nuestras emociones auténticas. También cuidaremos de nuestro entorno y disfrutaremos de todas las artes. En resumen, viviremos saludablemente, de acuerdo a lo que realmente deseamos. No importa cuán grande parezca nuestra empresa, mi tía Sonia Arce decía dos cosas que me parecen pertinentes para este caso: “Una milla empieza con un paso”, y “Cuida los miles que los centavos se cuidan solos”.

Después de nuestra conversación, mi amigo realizó el primer paso, tomó el teléfono y llamó al médico nutriólogo para separar una cita. Era una llamada que estaba largamente postergada. Ahora estoy completamente seguro de que mi amigo asistirá a su cita. Y estará empezando a cumplir con su lista de buenos deseos de Año Nuevo.



David Arce

0 comentarios

Posts a comment

 
© Chulucanas Noticias
Designed by Blog Thiết Kế
Back to top