martes, 21 de agosto de 2012

El juramento hipocrático y la huelga médica en el Perú

Por el Dr. David Arce Martino - Chulucanense
Recuerdo que cuando era niño, tuve un accidente de tránsito y mis padres me llevaron donde el Doctor Javier, quien tenía una máquina antigua de rayos equis, donde se veían los huesos, eso era increíble. Menos mal que ese día no tenía ningún hueso quebrado. Y los olores del consultorio médico, se quedaron impregnados en mi cerebro, que cada vez que los huelo, recuerdo con cariño al Dr. Javier, en Chulucanas, y también al Dr. Orozco, quien nos curaba con gran acierto. Gracias a ellos se desarrolló en mí, el deseo de ayudar a los enfermos y a acompañarlos en el proceso de su enfermedad. Estudié Medicina en la UNMSM durante siete años y viví todas las vivencias que puede vivir un estudiante provinciano en Lima: estudiar muchas horas al día, realizar colas para comer en La Muerte Lenta, tomar el Burro para ir a la Ciudad Universitaria, realizar labores comunitarias con el Centro de Estudiantes de Medicina. Y en el séptimo año de los estudios, realizar una guardia de 24 horas sin derecho a descanso de guardia, cada 3 días, en el Hospital Daniel Alcides Carrión, del Callao.

Y ya estaba advertido que la labor médica era sacrificada, sin embargo, casi todos nosotros tenemos alma de seres entregados al bienestar del prójimo.

Apenas terminados los estudios, y antes de viajar a Zarumilla, realicé el Juramento hipocrático, donde juré evitar todo mal e injusticia a mis pacientes. Ya en Tumbes, viví durante todo el año de Serums, en el Centro Médico en un colchón de esponja, tirado en el piso por el recio calor del trópico. Y no solamente atendía con gusto a los pacientes que acudían al Centro, sino que también a los pacientes de la jurisdicción, en las labores comunitarias extramurales: Pocitos, Aguas Verdes, Papayal, Matapalo. Y es que estaba convencido, y aún lo estoy, que las comunidades más necesitadas en Salud, son las de zonas de frontera y las de pobreza extrema. Yo escogí ir a Zarumilla, por la cercanía relativa con mi pueblo natal de Chulucanas.

Los médicos no somos soldados de la salud, somos profesionales altamente calificados para dar atención a nuestros pacientes. En muchos casos, los médicos realizamos posteriormente estudios de Especialidad por tres años más, y si optamos por alguna subespecialidad, dos años más. Y sin contar por aquellos que optan por Maestrías y doctorados, con el respectivo costo de estudios a cargo del médico.

En 1945, en la Convención de Ginebra se redactó el siguiente texto modificado del Juramento Hipocrático: “En el momento de ser admitido entre los miembros de la profesión médica, me comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la humanidad. Conservaré a mis maestros el respeto y el reconocimiento del que son acreedores. Desempeñaré mi arte con conciencia y DIGNIDAD. La salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis preocupaciones. Respetaré el secreto de quien haya confiado en mí. Mantendré, en todas las medidas de mi medio, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica. Mis colegas serán mis hermanos. No permitiré que entre mi deber y mi enfermo vengan a interponerse consideraciones de religión, de nacionalidad, de raza, partido o clase. Tendré absoluto respeto por la vida humana. Aún bajo amenazas, no admitiré utilizar mis conocimientos médicos contra las leyes de la humanidad. Hago estas promesas solemnemente, libremente, por mi honor.”
Y en estos tiempos en que los médicos de EsSalud estamos en Huelga Indefinida, muchas personas creerán que estamos siendo perjuros ante nuestros pacientes y esto no es real. Yo, en mi condición de médico, también he sido paciente, y he sufrido, aún cuando me he atendido en el hospital donde trabajo, lo que sufren los pacientes que atendemos: no hay citas, y si obtenemos una cita adicional nos vemos obligados a esperar hasta el final para poder ser atendidos. Una vez esperé desde las 2 pm hasta las 6 pm para poder ser atendido. Y una vez atendidos vamos a farmacia y no encontramos medicamentos, nos vuelven a citar para dentro de tres meses y no podemos tomarnos los exámenes auxiliares hasta cuando haya citas. Los pacientes asegurados, en su desconocimiento, se enfrentan a los médicos sin saber que el problema es estructural. Esta huelga es por la Dignidad Médica. Los Servicios esenciales están con piquetes de médicos para atender las Emergencias y las operaciones de emergencia, por lo que no puede decirse que estamos quebrantando nuestro Juramento.
Es por eso que nunca como hoy, es tan cierto, lo que dijera nuestro poeta César Vallejo, en el siglo pasado: “Jamás, señor ministro de salud, fue la salud más mortal… ¡Ah! Desgraciadamente, hombres humanos, hay, hermanos, muchísimo que hacer”.

David Arce

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