martes, 29 de mayo de 2012

Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

Por el Dr. David Arce Martino

Una madre acude con su hija de 6 años a la consulta. Durante un instante la niña se sienta y empieza a hacer ruidos con los dedos sobre la mesa del consultorio, luego le llama la atención el almanaque y empieza a hojearlo. Mientras voy tomando los datos, la niña está moviendo los pies y las piernas. Se para y va para la ventana. La madre la llama una y otra vez y pareciera como si con ella no fuera. Se acerca al otro escritorio y empieza a sacar algunas hojas de los cajones. Encuentra algunos lápices de colores y empieza a dibujar. No pasan tres minutos y le dice a su mamá: estoy aburrida, ya no sé qué hacer. La madre sigue dándome los datos por los cuales la trae y veo que la niña ahora está apilando unas sillas de plástico, de tal forma que coloca nueve sillas una sobre otra y pareciera que de un momento a otro se va a derrumbar la torre.

La madre dice que desde que estaba en la barriga ya le pateaba a cada rato, que no la dejaba ni descansar, que inicialmente le decían que iba a ser hombre, que en su corta vida ha sufrido varios accidentes, que se ha caído y se ha goleado la cabeza. Y que en realidad la trae porque los profesores ya no pueden con ella. En la casa la paramos gritando, y pareciera que fuera sorda, le decimos algo y pareciera que no nos escuchara, porque al instante se olvida. La profesora dice que le gusta sentarse atrás, que entretiene a sus compañeros y que no los deja en paz.

Mientras tanto la niña abre la puerta del consultorio y empieza a sacar unas pequeñas sillas de plástico y a invitado a jugar a otros niños que están esperando en la consulta, empiezan a hacer ruido en el pasadizo, algunos médicos salen de sus consultorios para reclamar que están haciendo demasiada bulla.

Y la madre continúa diciendo que además de pararse de su asiento, se sale a otro salón y distrae a otros niños, llegando al extremo de salirse del colegio porque la casa está cerca. Una profesora no tuvo la mejor idea de colocarle cinta adhesiva alrededor de ella sujetándola a su carpeta, y aún así la niña seguía caminando con la carpeta en su espalda. Todos los días me trae la agenda escolar con anotaciones de que no atiende, que no hace caso a las indicaciones y que distrae a sus amiguitos.

La madre se levanta ante el bullicio de los niños que están jugando al trencito en el pasadizo de espera y regresa trayendo a su hija, deja llorando a los otros niños que habían empezado a jugar y cierra la puerta del consultorio con cerrojo. La niña entonces empieza a sollozar, y luego el llanto va creciendo poco a poco hasta parecer la sirena de la ambulancia que trae pacientes a la Emergencia del Hospital. La niña se pone roja, grita, chilla y después de un rato solamente se calma cuando la mamá saca de su cartera una botella de gaseosa.

Entonces la madre aprovecha este momento de tregua para seguir contándome que no hay nada que entretenga por un buen tiempo a la niña, ni siquiera la televisión, que mira por un momento y luego dice que está aburrida y se pone a hacer otra cosa, que le gusta pegar a otros niños, que ya en una oportunidad la encontró queriendo meter unos clavos en el tomacorriente. Que muchas veces le han dado ganas de pegarle y lo ha hecho, pero que nada ha servido. La madre empieza a llorar porque no puede más con la niña, no duerme nada en el día, no hace siesta y está moviéndose desde que se levanta hasta que se acuesta, que pareciera que estuviera con un motor que nunca se acaba. Y que apenas se duerme le empiezan a saltar las piernas como si se asustara al quedarse dormida.

Después de tomar la gaseosa la niña se pone más roja y más hiperactiva. La madre empieza a llorar y la niña también.

Así como esta niña, muchos niños son diagnosticados con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, son pacientes de diferentes edades, algunos con otros problemas de salud, como depresión, ludopatía y algunos jóvenes con consumo perjudicial de alcohol o de otras drogas. El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es más frecuente en varones que en mujeres.

Les explico que existe tratamiento y que el tratamiento es integral, que trabajaremos con la familia y con el menor. Que ofrecemos Tratamiento individual, psicoterapia de padres, psicoterapia grupal tanto para los niños como para los padres. Y que de ser necesario también contamos con medicamentos. Que lo importante es iniciar el tratamiento integral y cuanto antes es mejor.

Es por eso que cuando un menor tiene algunas dificultades en la casa o en el colegio, es mejor llevarlo donde el especialista en Salud Mental para realizar un diagnóstico precoz y empezar el tratamiento cuanto antes. Los maestros y profesores son los grandes aliados de la familia. Y algunas veces los primeros en darse cuenta de que algo está pasando con la socialización del niño. Siempre es mejor prevenir que curar.

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