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lunes, 8 de abril de 2013

ARTELIA GÓMEZ CORTEZ Y GABRIEL RIVAS VILLASECA



POR: JANETT PALOMINO VILLASECA
Janett Palomino Villaseca
Gratitud al Todopoderoso por el regalo de unos grandes seres humanos como fueron Artelia Gómez Cortez,  una mujer llena de virtudes, que nos ayudó a crecer como personas a todos los que estuvimos cerca de ella, una esposa ejemplar, una madre abnegada y una gran maestra y a Gabriel Rivas Villaseca, y gran ser humano, un hombre correcto, un excelente maestro, eran como se dice tal para cual, puesto que juntos enseñaban con el ejemplo, ellos se ganaron el Amor y el cariño de todos los que tuvimos la suerte de estar a su lado.
Artelia Gómez y su esposo Gabriel Rivas Villaseca, fueron y serán siempre para todos nosotros un ejemplo a seguir, Dios nos permitió tenerlos entre nosotros y disfrutarlos, además de gozar de su inteligencia y sabiduría; ella,  siempre tenía un sabio consejo, que nosotros lo tomábamos sin más ni más, pues sabíamos que una de sus cualidades era la asertividad.
Artelia, fue un testimonio viviente de la fe y el amor a Dios, a su familia y a la educación era una mujer creyente, una persona caritativa, muy entregada a Dios, a su familia, a la educación, trabajó siempre de la mano de su esposo  Gabriel,
Gabriel Rivas partió de este mundo el 27 de abril de 1985 y ahora Artelia se fue para estar junto a él y para siempre el 02 de abril después de casi 28 años, de estar  separados físicamente. Ella, le fue fiel, todos los días de su vida, lo recordaba siempre todos los días en sus conversaciones, se podría decir que para ella, nunca se fue siempre lo tuvo presente en su mente y en su corazón.
Artelia, valoraba mucho la unión de las parejas, el matrimonio y la fidelidad de cada uno, nunca permitía que la gente hiciera bromas con la infidelidad, llamaba la atención muy sutilmente, de tal manera que los bromistas no se incomodaran con la severa; pero sutil  reprimenda.
Según Gastón Beltrán (sociólogo argentino) en las sociedades latinoamericanas, la bondad se manifiesta en términos de afabilidad, cercanía, contacto físico, sonrisa, ternura, expresividad. La bondad deja huellas, marcas, impresiones, para quien recibe todo ello, y esta cualidad la tenía Gabriel Rivas Villaseca y su esposa Artelia Gómez Cortez eran la pareja perfecta y feliz, porque el ser bondadoso hace que seas feliz o viceversa, si eres feliz eres bondoso.
Recuerdo con añoranza y mucha alegría, aquellos años cuando disfrutaba de la presencia de los dos, sintiendo su protección y preocupación por nosotros, y a pesar de haber desaparecido físicamente su esencia sigue y seguirá palpitante en nuestros corazones y en nuestro recuerdo

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