El Maestro le dijo a sus aprendices: “Ama a tu próximo como a ti mismo”, y muchas veces lo escuchamos decir ero no reparamos en su hondo significado. A veces suponemos que significa caridad y simplemente hacer el bien a los demás. El amor es un sentimiento con el cual venimos genéticamente programados y nos sirve para vivir y para sobrevivir. Sin amor, estamos irremediablemente condenados a la muerte. Y el amor se cultiva, se cuida y se protege, para que siempre brille como una luz en la oscuridad. Cuando amamos a una persona, la cuidamos, la protegemos y compartimos nuestros momentos con ellas.
Todos los seres humanos experimentamos este sentimiento en sus distintas facetas: el amor materno, el amor paterno, el amor filial, el amor fraterno, el amor erótico, etc. Y muchas veces creemos que con ello basta. Hemos olvidado las enseñanzas del Maestro: amar a los demás como amamos a nosotros mismos. Para poder amar a otras personas es necesario amarnos a nosotros mismos primero. ¿Nos hemos preguntado si nos queremos, si nos cuidamos, si nos protegemos? Si no somos capaces de amarnos a nosotros mismos, no seremos capaces de desarrollar plenamente el sentimiento del amor responsable.
La autoestima es el amor hacia uno mismo, es la estima que nos tenemos.
En la consulta veo a diario a personas que tienen una baja autoestima, que no se quieren, y creen que para ser buenos, es necesario practicar la caridad aún a expensas de nosotros mismos y de nuestras familias. El cariño empieza por nosotros mismos.
Una persona con baja autoestima se considera poco valiosa, cree que hubiera sido mejor no haber nacido. Cree que no merece que reconozcan sus virtudes y va creciendo como una planta débil y marchita. La persona con baja autoestima está propensa a enfermarse tanto física como mentalmente.
También he visto a personas con autoestima falsamente elevada, que aparentemente se quieren y se estiman, pero en el fondo tienen una autoestima baja y han buscado una máscara para impresionar a los demás. Estas personas son soberbias, imponen sus ideas a la fuerza y no respetan los derechos de los demás. Son los que no saben esperar y se meten primeros en las colas, tienen la mentira a flor de labios y tienen tendencia a lisonjear a los demás para obtener beneficios para su propia ganancia y egoísmo.
En ambos casos la autoestima puede ser mejorada, permitiendo darse cuenta de lo que padecen y haciendo todo por aprender a querernos.
Cuando yo quiero a una persona, la cuido, la protejo y permito que se desarrolle como ser humano, que logre su emancipación e independencia, que aprenda a tomar decisiones y a aceptar las consecuencias que trae tomar aquellas decisiones.
Esto mismo que hacemos por la persona amada, lo hacemos por nosotros mismos, que al final, resultamos ser la persona más importante del mundo, para nosotros mismos.
El amor hacia uno mismo nos permite ser y estar saludables y nos permite desarrollar el amor hacia los demás en todo su esplender y potencia.
David Arce Martino
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