VIOLENCIA Y SALUD MENTAL - POR EL DR. DAVID ARCE

Pareciera que en los últimos tiempos la violencia, en todos sus aspectos, se hubiera multiplicado en todo el mundo y nuestro país no es la excepción.

Las primeras planas de los periódicos todos los días publican noticias de robos, asaltos y asesinatos, dando la impresión de que la violencia está en aumento.

Hace 3 semanas fui Emergencia para ver a Adelaida, una joven de 14 años, que había intentado estrangular a la madre. Ella quería salir a una fiesta y como no la dejaban salir, enfurecida, golpeó a la madre derribándola y ya en el suelo la empezó a estrangular. La hermana de la madre ante los ruidos fue a mirar y rápidamente pidió ayuda a los vecinos, quienes evitaron que la hija matara a la madre. De no haber sido por ellos, ya estuviéramos lamentado otro caso más de parricidio. Las marcas y equimosis en el cuello y en los brazos demoraron más de diez días en borrarse. Con la ayuda de los vecinos pudieron llevar a la menor al hospital.

Ya en la Emergencia la madre contaría que hacía poco se había enterado de que su hija Adelaida, hija única, ya estaba haciendo planes para matarla.

Hace aproximadamente un mes, Adelaida olvidó cerrar su cuenta de Facebook y la tía entró a mirar por curiosidad en la computadora y asombrada se dio con la sorpresa de que la joven Adelaida había estado haciendo planes para matarla. La tía imprimió las cinco hojas de la conversación donde Adelaida iniciaba una conversación trivial con un chico aparentemente desconocido, y cuando se queja de que la madre la abruma con demasiadas responsabilidades para ella, el joven se ofrece para ayudarla y desde allí empieza una conversación de varios días. El chico le decía que tenía acceso a armas porque tenía familiares que usaban y que para él sería fácil librarse de a madre de Adelaida. “¿Y yo qué voy a ganar matando a tu madre aparte de ayudarte?”, le decía el chico desconocido a Adelaida, entonces ella le ofreció mil soles y además un teléfono móvil de última generación. Le pidió varias fotos de la madre y el día señalado antes de que saliera le envió una foto de cómo iba vestida la madre, con la recomendación de que si podía, también matara a la tía, menos al tío que sí la trataba bien. En la conversación hay un silencio y cuando vuelve Adelaida a conectarse le reclama que por qué no cumplió con su palabra, que su madre había regresado como si nada. El chico dio una excusa de que había llegado tarde al encuentro, pero que no se preocupara, le prometía que para la próxima oportunidad no iba a fallar.

La tía mostró las impresiones de las conversaciones y juntas confrontaron a Adelaida, quien, al verse descubierta no tuvo más remedio que admitirlo, “es que ustedes ya me tienen aburrida, todo me mandan a mí, que porque soy mujer tengo que barrer y limpiar la casa, lavar y planchar, y cuando pido un permiso para una fiesta ni siquiera me dejan ir. Nunca me compran ropa ni zapatos, yo tengo que hacerlo sola con mi trabajo que tengo vendiendo celulares”.

El día que la vimos en Emergencia, ya estaba de alta por otros Servicios y solamente faltaba la evaluación psiquiátrica. La chica se veía fresca, sin sentimiento de culpa, ocultando un poco de información. Al conversar con la familia y con la madre pudimos percibir la gravedad del asunto y decidimos hospitalizarla para una precisión diagnóstica y para un tratamiento eficaz. Durante las dos semanas que estuvo hospitalizada se le realizaron evaluaciones, pruebas psicométricas, análisis sanguíneos, radiográficos, etc. Y en especial, se realizó una exhaustiva Historia Clínica, que en toda práctica médica se constituye en una herramienta esencial.

No encontramos ningún signo ni síntoma de psicosis, de retraso mental o alguna otra enfermedad psiquiátrica.

Durante la confección de la Historia Clínica descubrimos que desde muy pequeña Adelaida había tenido muchas ocasiones de mal control de impulsos. En el jardín casi le daña el ojo a otra niña con la punta de un lápiz, por el simple hecho de que la niña se demorara en levantarse.

También era cruel con los animales, le gustaba meter gatos en unos sacos y luego golpearlos contra la pared. Había provocado tres incendios en su casa, uno de ellos de consideración en que se quemó el dormitorio de la madre y en el que tuvieron que acudir los bomberos.

El diagnóstico de Adelaida, a sus 14 años, es un Trastorno Disocial de la Conducta, pero ya se está perfilando un Trastorno Psicopático de la Personalidad, de esas personas que causan daño a los demás sin el menor remordimiento. Cuando ya cumplen la mayoría de edad, a los 18 años, ya se puede hablar de un Trastorno Disocial de la Personalidad.

Hace poco llegó a Emergencia un joven que había sido acuchillado en el abdomen por su hermano menor. Al parecer el menor estaba cansado de maltratos por el hermano mayor, se encolerizó, fue a la cocina y le hundió el cuchillo en el abdomen. Rápidamente fue intervenido quirúrgicamente y con tanta buena suerte que ninguna víscera había sido comprometida. Al hermano menor se le veía bastante preocupado y responsabilizaba a los padres de su reacción porque “no habían sabido parar a tiempo el maltrato del hermano mayor” y lo que lo que más le preocupaba era el qué dirán del resto de la familia y vecinos, y también responsabilizaba a los padres por haber contado el incidente al resto de la familia. Los hermanos reconocieron ambos sus responsabilidades, se pidieron perdón y dijeron que este hecho los había unido más. No han regresado a la consulta, aunque me he enterado que tres días después de lo sucedido con el hermano, el mismo menor le hizo una herida en cuero cabelludo a uno de sus amigos porque “estaba coqueteando” con su enamorada.

Existen muchas formas de manifestación de la violencia, desde aquella que es muy evidente hasta la que aparentemente está encubierta. Por ejemplo una Trabajadora del Hogar que se sentía muy maltratada por la dueña de la casa y a quien ni siquiera reclamaba, apenas salían todos de casa, ella iba corriendo

al baño, escogía el cepillo de la dueña y empezaba a limpiar el inodoro con el cepillo volviéndolo a colocar entre los otros cepillos. Aunque no maltrataba a los niños, los descuidaba casi todo el día, porque por su religión le gustaba mirar un programa religioso por horas, mientras se comía las compotas del niño y la leche en polvo. Cuando empezaron a sospechar que algo no iba bien, colocaron cámaras y se dieron cuenta de todo lo que hacía durante el día mientras ellos no estaban. La confrontaron con los videos y la despidieron, y antes de irse ella les reclamó que porqué le habían puesto cámaras, qué falta de confianza.

Creo que de todos los tipos de violencia, la forma más cruel es la pobreza en la que millones de seres humanos están sumidos sin la esperanza de acceder a las mínimas condiciones de vida.

En los últimos días nuestro Chulucanas se ha visto sacudido por dos hechos de sangre, el domingo pasado murieron dos personas víctimas de proyectil de arma de fuego en un Centro recreacional mientras bailaban y al día siguiente lunes 21 de abril le disparan a bocajarro un tiro en la cabeza a un comerciante que estaba cobrando el importe de sus ventas mientras iba manejando una furgoneta, con la finalidad de robarle el dinero.

Todos estos sucesos nos dejan con la sensación de vivimos en una completa Inseguridad.

¿Y qué podemos hacer los ciudadanos de a pie?

-Pienso que debemos unirnos ante esta escalada de violencia y demostremos nuestra solidaridad dejando de lado nuestros temores y nuestras diferencias. Tenemos la capacidad de organizarnos por cuadras y volver a conocernos y a reconocernos como hermanos.

- Exigir a las autoridades mayor interés en la solución de este tipo de problemas, un mejor trabajo de Inteligencia para identificar a estos delincuentes.

Y lo más importante de todo, es la prevención, el fomento de los valores en y desde el hogar. Un niño criado con valores será un adulto con valores.

Unámonos pues, en esta Cruzada de Lucha contra la Violencia.

VIOLENCIA Y SALUD MENTAL - POR EL DR. DAVID ARCE